Los Aztecas creían ser inmortales y la muerte no era más que una forma nueva de vida. En el mundo Azteca del más allá había 13 cielos y 9 infiernos. Cada persona que moría, iba a dar a un mas allá de acuerdo con la ocupación que hubiera tenido en vida.
En la época precolombina se conocía el altar de muertos con el nombre de TZOMPAMTLI, celebraban este día a la diosa COATLICUE (la madre de los dioses), la diosa que todo lo hace y lo deshace. Preparaban un altar en forma de pirámide el cual era cubierto con papel teñido de diferentes colores; en la primera parte colocaban una imagen de ella, en el segundo nivel ponían comida, flores y velas acompañadas con un incensario (copal). El tercer nivel lo decoraban con velas y flores en el piso haciendo un camino de follaje, el cual se adornaba con flores y velas en las orillas.
Con la llegada de los españoles, llega el cristianismo. Esta doctrina señala al individuo como un ser integrado de cuerpo y alma, por lo que los altares u ofrendas eran de elementos de esta nueva religión como: santos, Cristo, cruces y algunas frutas que no existían en América.
Ahora el altar es una combinación de la cultura mexicana con la europea.
Sin duda alguna el día de muertos es una celebración importante para el orgullo mexicano, es un ideal que preserva las creencias de nuestros antepasados y, aunque sea opacado por el Halloween, el día 2 seguirá celebrándose con gran devoción y sobretodo con respeto para los que ya no se encuentran en este mundo.
Por: B.M.G
Desde el panteón Dolores de García N.L
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